El oro es la moneda universal. Lo era en el pasado, desde los inicios de la civilización, y lo sigue siendo hoy en día.
Tener oro es tener dinero, con la gran diferencia de que el oro va aumentando gradualmente su valor conforme pasa el tiempo – se revaloriza -, al contrario que el dinero que lo va perdiendo – se deprecia. Por tanto, no es lo mismo guardar en una caja fuerte unos lingotes de oro, que unos fajos de billetes. Al cabo del tiempo el oro valdrá más y los billetes menos.
Por regla general las personas “normales” no solemos invertir en oro, entre otras cosas porque nuestro entorno no lo fomenta. Nos han condicionado para invertir nuestro dinero en “plazos fijos” de bancos, en comprar algún inmueble (piso, plaza de garaje…), haciéndonos creer que estas opciones son las más rentables, seguras e interesantes. Pero no es así a todos los niveles. Las personas con alto poder adquisitivo invierten en oro grandes sumas de dinero. Porque pueden y porque saben que es un excelente producto de inversión de segura revalorización y liquidez.
Vamos a imaginar por un momento que compramos una plaza de garaje como inversión. No la utilizamos y se la alquilamos a alguien pudiendo sacar así un beneficio. No es un mal negocio. Los inmuebles, si están en buen estado, suelen revalorizarse con el tiempo aunque conllevan importantes gastos de mantenimiento e impuestos. Supongamos también que tenemos que hacerle frente a un pago y no tenemos suficiente dinero en efectivo. Este pago es por un importe inferior al valor de la plaza de garaje. Por desgracia, no podemos vender un trozo de la plaza de garaje para hacer frente al pago, la tenemos que vender entera, perdiendo así nuestra inversión al completo. Sin embargo, si hubieramos invertido nuestro dinero en oro podríamos vender la cantidad de oro justa para pagar nuestra deuda y continuaríamos manteniendo el resto de oro, nuestra inversión, que seguiría revalorizándose en el tiempo.
Supongamos ahora que, con urgencia, debemos abandonar el país en el que vivimos. Sin tiempo para vender adecuadament la plaza de garaje, tampoco nos la podemos llevar a nuestro nuevo destino. Sin embargo, unos pequeños lingotes de oro de 100 gramos caben perfectamente en cualquier maleta o bolsillo y tienen un enorme valor (3.000 € cada lingote suponiendo que el oro cotice a 30 € el gramo y con un tamaño de lingote de tan solo unos 3 milímetros de grosor por 3,1 cm. de ancho y 5,6 cm. de largo).
También es interesante saber que en muchos paises la compra de oro de inversión (oro de 24 kilates con pureza superior a 995 milésimas) no paga impuestos (en España no paga el IVA), por lo que todo el dinero invertido se destina a la adquisición del oro. Esto es así porque el oro de inversión es considerado internacionalmente como una divisa (dinero).
A través del programa de marketing de Emgoldex se nos abre la posibilidad de obtener una cantidad de oro de inversión (oro de 24 kilates de 999,9 milésimas ) por un valor muy superior a la inversión inicial. Además, Emgoldex puede comprar nuestro oro y darnos el dinero dependiendo de la cotización internacional, si así nosotros lo deseamos.
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